+ 34 665 822 542
jonas@pedagogiafamiliar.com

Volverás a enamorarte.

Yo también construí mi hogar en nido extraño y también obedezco a la persistencia de la vida. Mi vida me quiere escritor y entonces escribo. No es una elección: es una íntima orden de batalla.

Volverás a enamorarte.

Quien volviendo a hacer el camino viejo,

aprende el nuevo, puede considerarse un maestro.
Confucio.

Lo más difícil es saber cuando hay que quemar

los puentes que hemos atravesado, o mantenerlos a salvo.

Te volverás a enamorar. Tendrás esta sensación de haberte perdido de nuevo en un camino ya transitado. Habrás dicho: no volverá a suceder. Que no puedes caer otra vez sobre la misma maleza, en la misma piedra granítica, escaleras abajo. Después de tantas relaciones y en tantas circunstancias, no puede uno girar incesantemente sobre el mismo error, como hipnotizado alrededor de un fuego: enamorarse hasta perder la noción del tiempo y el cuerpo. Del espacio inacabable y las noches llenas de agua en el sexo. Y cuanto más te lo hayas dicho en voz alta, cuanto más hayas pretendido convencer a tus amigos:

Sí, ya soy más consciente, he aprendido la lección… Mi terapeuta me ha ayudado a saber distinguir entre lo que es mío y lo que es del otro. Que no puedo perderme en el otro yendo tan apresuradamente, porque sino…

Más inminente será el efecto de ese sortilegio: Te volverás a enamorar.

Porque enamorarse no tiene solución. Uno se encuentra ahí sin poder detenerlo con ningún acto psicomágico. Cualquier cosa que diga será una negación. Uno llega ahí súbitamente, porque quiere ser el otro antes que ser uno mismo. Anhela fundirse en un estado intrauterino que llene todo el cosmos. Esa figura amada, tiene la promesa implícita de conquistar el espacio en el que nosotros estamos ausentes.

Sin embargo, este momento de entrega inconsciente, también conlleva una bendición: Cuando el pensamiento de la amado me sobrepasa hasta anegar este vacío, tengo la posibilidad de volver a mi centro: hacer el camino de regreso hasta el principio de mi mismo.

Al ser el testigo de esa fusión entre el ser y el no-ser, empiezo a rescatarme de ese abismo, a veces casi completo, a veces prácticamente ileso. Otras veces despedazado. Otras desorientado como un perro abandonado en medio de la noche.

Enamorarse no se puede evitar. Amar sí. Porque uno es inconsciente, y lo otro necesita de toda nuestra conciencia. Pero mientras, nos volveremos a enamorar.

Tags: , , , , , , ,

Una respuesta

  1. Paloma dice:

    Siempre genial!!!!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.