Era real que nos amáramos aunque fuera en un sueño.
La necesidad de las manos de ella por acariciarle colmaban, por un momento, la necesidad del cuerpo de él por abrazarla. Pero más tarde, la necesidad fue más grande, porque el vacío póstumo del abrazo se hizo más grande. Las manos arrancaron sólo las raíces superfluas.
En la profunda tristeza de la vida, aún siento la Belleza de todo. En el éxtasis de la gloria del amor, aún recuerdo lo terrible de la existencia.
El paisaje me miró con su tierra honda y fértil, con el cielo estremecido de su bóveda infinita. Y una vez cubierto por su mirada, me dijo: Eres hermoso.
Me sentía muy triste porque una estrella estaba agonizando en el cielo oscuro de un verano dañado. Busqué consuelo en los versos de un poeta y el universo entero alegró la noche. Yo era feliz porque todo me podía hacer sentir igual de triste, igual de alegre.
Poesía no es escribir. Danzar no es bailar el ritmo de una melodía. Si lo haces no sabrás, porque no se puede saber crear.
Si nos diéramos cuenta por un sólo instante un instante sólo lo dañados que estamos si pudiéramos sentir lo vulnerables que somos al imaginar este mundo afuera nuestro si fuéramos capaces de percibir lo inmensamente sensible que es esta naturaleza humana si apenas un segundo sintiéramos lo dañados que estamos lo poco que hemos crecido desde…
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